Se llama verso aliterativo, o también verso aliterado o verso germánico, a aquellos versos que emplean la aliteración como principal técnica métrica para dotarse de estructura rítmica, en oposición a otras tradiciones poéticas occidentales que emplean la rima o los patrones silábicos como técnica poética.
Las tradiciones de verso aliterativo estudiadas con mayor frecuencia son las que formaban parte de los antiguos cánones germánicos de poesía. El poema épico en inglés antiguo Beowulf, así como la mayoría de la poesía anglosajona, el poema Muspilli en antiguo alto alemán, Heliand en sajón antiguo, la Edda poética en nórdico antiguo,[nota 1] y muchos poemas en inglés medio, como Pedro el Labrador, Sir Gawain y el Caballero Verde, o la Muerte de Arturo aliterativa emplean el verso aliterativo. En la métrica germánica antigua el verso estaba constituido por al menos tres palabras que aliteraban (compartían un sonido en común). Esta técnica tenía dos funciones: una mnemónica que facilitaba recordar los poemas y otra meramente estética, ya que este procedimiento concedía una gran musicalidad a los poemas. Sin embargo la necesidad de aliterar los textos acabó originando una poesía poblada de elaboradas metáforas y perífrasis, ya que casi siempre había que recurrir a fórmulas artificiosas a fin de hablar de objetos comunes como «la espada», «la sangre», «la batalla»... son los llamados kenningar, estudiados por Jorge Luis Borges en un célebre ensayo.
El verso aliterativo se puede encontrar también en muchos otros idiomas, aunque raramente con el rigor sistemático de las formas germánicas. El Kalevala, en finés, y el Kalevipoeg, en estonio, emplean formas aliterativas derivadas de su tradición folklórica. La poesía tradicional en lenguas túrquicas, como por ejemplo la del uigur, también es aliterativa.
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